domingo, 3 de julio de 2011
Por tierras Mañas
De visita por Zaragoza, era ineludible hacerle una foto al Pilar desde la orilla del Ebro.
¡Y cómo no!, de noche, por supuesto.
Los reflejos son geniales, el problema al que me enfrenté fué la diferencia de tonos que tenían las luces y sobre todo, que se me hizo tarde y al Pilar ya le habían apagado los focos. Las luces blancas del embarcadero tampoco ayudaban mucho.
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